Quedarnos quietos


Mauricio Meschoulam (El Universal)

Mirar. Permanecer pasivos. Esperar a que otros hagan las cosas. Pretender que los cambios surgen del exterior o del vacío. Soñar con los tiempos pasados de calma. Lamentarse porque ya no es así. Decidir que nada es posible. Permitir que el destino nos alcance. Evadir nuestra responsabilidad. Quedarnos quietos.

Los sucesos más desastrosos de la historia han ocurrido bajo la mirada distante de las mayorías. Según diversas investigaciones, situaciones como genocidios u opresión social, no hubiesen sido posibles, de no ser por la colaboración pasiva de las grandes colectividades que aparentemente no eran afectadas (Staub, 2000). Lo que está pasando en México es sin duda muy distinto, y debe entenderse con todas sus particularidades. A pesar de ello, pareciera que la activación de la parte de la sociedad que permanece en shock, atemorizada, y por ende expectante, se vuelve una necesidad primaria.

Es cierto, cada vez en más lugares el crimen está operando con mayor ferocidad y su capacidad logística parece encontrarse más desarrollada. Pero la percepción de que esa situación impera en el país completo, es producto del impacto sicológico generado a través de la difusión masiva de estos crímenes (en medios tradicionales y no tradicionales) y la propagación del miedo colectivo.

La secuencia es más o menos así: a través de actos violentos, debidamente mediatizados, se provoca un pánico que se extiende por todo el país. Esto causa una sensación generalizada de pérdida de poder y de seguridad. Nos sentimos impotentes. Percibimos que nuestro gobierno es ineficaz para contrarrestar las acciones criminales. Concluimos que no podemos hacer nada para remediarlo. Entonces decidimos quedarnos quietos.

Pero, más allá de las armas y de la operación estratégica de seguridad, hay decenas de acciones que sí se encuentran en nuestras manos y que pueden disminuir los efectos de la violencia y, sobre todo, impactar positivamente en la percepción de impotencia que la mayoría de nuestra población siente. La sola sensación de sentirse eficaces en algo, puede modificar completamente nuestra apreciación de todo el fenómeno.

La resistencia y recuperación anímicas consisten en ganar la facultad de adaptarse rápidamente a experiencias difíciles o eventos traumáticos y retornar a la normalidad. El problema central es que el trauma no lo sienten sólo quienes lo experimentan directamente, sino todos los que tenemos acceso a las notas e imágenes generadas por esos eventos.

Los medios de comunicación se encuentran ya inmersos en el debate acerca de su papel como transmisores de la información. La libertad de expresión no se ha conseguido de manera fácil en nuestra historia. Por eso la discusión es legítima. Esa deliberación debe ser interna, pero documentada, considerando que los intermediarios no son extraños ni ajenos a nuestra sociedad, y sin imposiciones, tomar las decisiones más acordes con la situación. En otros países, sin embargo, los medios han contribuido de manera activa para movilizar poblaciones pasivas, en la recuperación anímica y en la sensación de rehabilitación del poder de la sociedad. Estas experiencias deben ser estudiadas e incorporadas a la discusión.

Adicionalmente existe la posibilidad de implementar campañas de información y educación que sean capaces de reducir el miedo. Esto se consigue combatiendo lo inesperado con predicción, los vacíos con datos, la emoción de impotencia, con acciones que fomenten la capacidad individual de transformar nuestro pequeño mundo. Mostrar cohesión en lugar de división social ha probado también ser una medida eficaz para combatir la pasividad. No únicamente a nivel del liderazgo político, sino en el corazón de nuestros entornos, promoviendo el apoyo y las redes que tejen la sociedad. Reconectar las comunidades a través de actividades colectivas puede orientar la superación anímica de la etapa difícil a través de caminos más constructivos.

Detectar rápidamente a quienes más son afectados y asistirles en su recuperación es un camino adicional. Es posible que tomar acciones de represalia frente a los perpetradores del secuestro de nuestra sociedad no esté entre nuestras facultades. Pero siempre tenemos la imaginación y la creatividad de nuestra parte. Hay quienes se están dando cuenta de que no nos encontramos socialmente preparados para combatir al crimen organizado y el terror. Y se están aprovechando de ello. Debemos probar que están equivocados.

Twitter:@maurimm

Internacionalista

8 respuestas a «Quedarnos quietos»

  1. Esta situación de corrupción que estamos viviendo en el país, desde siempre, pero que en recientes fechas a alcanzado la cúspide por los diversos crímenes que se han venido cometiendo, como lo son los miles de asesinatos en primer lugar por los narcotraficantes que poco a poco se apropian cada vez mas los espacios públicos y calles de nuestro país, por las mujeres asesinadas en Cd. Juárez que después de años aun no se han hallado culpables, y por otro lado el ejercito que no tiene la preparación para llevar a cabo este tipo de tareas que le fueron asignadas en la lucha contra el narco, los diferentes gobernadores que han permitido que su Estado llegue a la situación actual, como es el caso de Ciudad Juárez, que cuando el gobernador de Chihuahua era Arturo Chávez Chávez se registraron muchas arbitrariedades y pesar de eso hoy ocupa el puesto de Procurador General de la Republica. Si bien una gran parte de culpa es del gobierno, es necesario mirarnos y hacer un repaso de las acciones que hemos hecho nosotros para saber como sociedad cuales han sido nuestros errores y cuales son las soluciones viables que podemos llevar a cabo, ya que la situación no fue de un día para otro, en que fallamos al no darle importancia a ese pequeño narcomenudista, quizás por miedo o por desinterés, pero que al día de hoy ya no solo es èl, si no todos sus colaboradores que le ayudan a distribuir.

    1. Gracias por dejar tu comentario.
      Una precisión. Arturo Chávez Chávez nunca fue gobernador de Chihuahua. Fue procurador de Justicia de Chihuahua en 1992, en tiempos del gobernador Francisco Barrio, además, ocupó la delegación de la PGR en la entidad, así como la Contraloría en la Secretaría de Gobernación.

      Chávez Chávez estuvo en la Subsecretaría Jurídica de la Secretaría de Gobernación y participó en el gobierno federal como subsecretario de la misma dependencia, cuando Carlos Abascal fue su titular

  2. Los medios de comunicación no sólo toman relevancia en el análisis de sus funciones, también impactan en la sociedad cuando incurren en excesos. Para los que creíamos que el periodismo sensacionalista no aportaba alternativas a la sociedad mostrando fotografías de cadáveres ensangrentados, la del narcotraficante baleado, vídeos de ejecuciones y fatídicos conteos de las vidas que han cobrado las represalias del narcotráfico a causa de la estrategia federal para acabar con el crimen organizado, nos equivocamos.

    Aportan pánico a una sociedad ya de por sí amedrentada y escandalizada por las imágenes dantescas a las que se expone, víctima de su propio morbo, confinándolo a un papel pasivo – vouyerista que está muy lejos de solucionar la preocupante ola de violencia que vive el país actualmente. Nuestra influencia sobre lo que sucede en nuestra sociedad se ha perdido en un mar de información confusa y pereza accionaria.

    Reaccionar, despertar de nuestros laureles, levantarnos de nuestra silla, salir del espacio de confort en el que nos hemos refugiado son las claves para quitarnos la venda que nos ciega de miedo y busquemos alternativas para resolver un problema que no está muy lejos de nuestros hogares, sin embargo, cabe preguntarse ¿Cómo hacerle atender a los consumidores de los medios de comunicación la importancia que representa su accionar?

  3. Los excesos que comenten los medios se ven reflejados en el copmportamiento de la sociedad, repercute en la vida cotidiana.
    Al función del periodismo en ocasiones se desvía y cae en el sensacionalismo.
    Aun que existen lectores que ls fotografías impactantes de cuerpos mutilados llaman la atención, no debe olvidarse que la principal función de los medios es informar sin caer en las exageraciones de recurrir a imágenes que causen myor impacto que el contenido.

  4. ¿Qué persona no tiene miedo? Toda forma de organización existe por el miedo que siempre nos hemos tenido los unos a los otros. Si bien, los medios de comunicación no quieren presentar la información de tal manera que no atemorize a la población, nosotros tampoco nacimos libres de esos temores naturales ante la vida.

    La única diferencia entre nosotros y otros países es que no somos ellos. No podemos comparar la manera en que países europeos, asiáticos y oceanicos reaccionan ante los estímulos positivos o negativos de los medios de comunicación. Nos llevan décadas de ventaja en cuanto a movimientos mundiales. Si pueden manifestarse en favor de su seguridad ante sus respectivos gobiernos es porque sí se escuchan.Tengan miedo, esten furiosos o cualquiera que sea la razón de sus movimientos, la iniciativa es la que los mueve.

    ¿Qué pasa en México? Simple, pensamos que nadie nos escucha cuando junto a nosotros tenemos otros miles pares de oídos reflexionando sobre la misma causa. No es miedo, es flojera de saber que no se puede hacer nada cuando nosotros no hacemos algo para cambiar esa situación: no interesamos a nuestros hijos en política, no los acercamos a eventos artísticos, hechamos en saco roto las experiencias de los abuelos. No podemos hacer algo porque no dialogamos entre nosotros, no estamos dispuestos al debate porque al grueso de la población le da pereza. Esto ya es violencia generada hacia nosotros mismos.

    ¿Miedo a la brutalidad? Si es nuestro pan de cada día. El problema es justamente que ya «nos adaptamos rápidamente a experiencias difíciles» y pensamos que son normales estos atropellamientos, cuando hace mucho tiempo lo dejaron de ser. Esto no empieza desde la guerra contra el narco -la cual fue mal planeada y mal nombrada- más bien todo inicia desde que existe la lucha por el poder, desde que empezamos a existir, desde que fue asesinada la primera persona en el mundo.

  5. Todos tenemos presente que el pais enfrenta una situacion dificil, pero como lo menciona el autor no todos reaccionamos de la misma forma; algunos viven aterrados por la cercania y el riesgo que corren, otros permanecen austados, los medios informan, pero difunden el miedo y otros se dan por enteredos, pero permanecen indiferentes al asunto. Nuestra sociedad se ha convertido en una presa del miedo, todos los dias la mayoria de las personas temen no volver a sus hogares y ¿que se hace al respecto?. la impunidad comienza desde el momento en que alguien no denuncia un delito, entonces se vuelve uno participe de ella. Si bien no a todos nos afecta directamente la situacion del pais, todos podemos llevar a cabo acciones que comiencen a crear un cambio.
    Por otro lados los medios, necesitan ser mas cautelos con sus contenidos, es su deber mantener a la sociedad informada, pero deben de procurar no exagerar sus contenidos y no mostror cosas que no son necesarias como imagenes de extrema violencia.

  6. creo que lo que debemos hacer es unirnos todos, y si vemos algo raro, no pretender como que no vio nada. si ve una que la policia no hace nada una misma se tiene que plantar una estrategia, pero no, darles el paso libre.

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